Me declaro amante del esmalte de uñas. Hace años que entré en un circulo vicioso en el que tengo las uñas muy amarillas por pintármelas mucho, y sé que para arreglarlo debería dejar de pintarlas por un tiempo. El problema es que como las veo feas, quiero tenerlas lindas ¿y qué hago? Me las vuelvo a pintar.
Tenerlas siempre pintadas de un color sólido puede hacerte querer variar, o tener algún diseño entretenido... Y yo soy PÉSIMA dibujando, pintando, o haciendo cualquier cosa que requiera de un buen pulso o creatividad.
Fue así como se me ocurrió este simple detalle de un punto en la base de las uñas, que las hace más especiales y si puedo hacerlo yo, cualquiera puede!
Lo primero es pintar la uña de un color (yo siempre aplico dos capas para que quede parejo). Después, agarran una orquilla común y corriente y la abren (para que sea más fácil de tomar y poder usarla para sacar esmalte de un envase). Abren el esmalte que quieran usar para hacer el punto, y meten un extremo de la orquilla hasta que se sature del color. Si agarraron mucho, pueden limpiar el exceso con una servilleta. Con esta herramienta ahora pueden hacer puntitos sobre la uña ya pintada (o algún diseño si alguna se atreve).
Entre hacer el puntito y aplicar el brillo o top coat, tienen que esperar más de lo normal, muchas veces se me esparció el esmalte del punto por hacerlo antes de que se haya secado y no hay nada peor que esa frustración y tener que empezar desde cero.
Este detalle lo pueden hacer en todas las uñas, en sólo una, o también pueden hacer más de un puntito por uña. Depende de cada una, pero lo importante es atreverse y experimentar. Yo y mi mal pulso estamos orgullosos de nuestra creación una vez que está lista y lo mejor de todo es lo fácil que es de hacer, y todas tenemos los materiales necesarios ya en la casa!
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